martes, 29 de junio de 2010

LOS DOMINICANOS EN EL EXTERIOR

Héroes, que por fuerza mayor, han tenido que abandonar su terruño, su río, donde cada tarde iban a darse un baño natural, su calle que aun llena de hoyos añoran, su barrio triste y sin luz, pero su barrio, su madre y hasta sus hijos de los cuales muchas veces son ya casi desconocidos por no ser parte de su crecimiento.

Protagonistas de amores rotos, exiliados forzados por la situación calamitosa del país, donde la falta de esperanza los lleva a emigrar, al encuentro con la vida o con la muerte, muchas veces sin norte y sin sur, en yolas, en barcos, polizontes hacia cualquier lugar, buscando la vida negada en su tierra, con visas que se pierden en cuanto llegan al destino soñado, residentes que jamás regresan, se hacen ciudadanos muchas veces por obtener la seguridad del país en el que habitan, piensan que han traicionado la patria, la verdadera patria, la que nos dio la vida, la madre, y la familia, la misma patria desde la cual los dueños, los traidores, los insaciables de riquezas, nos hacen escapar, abandonándolo todo, porque nos lo niegan y nos lo roban todo, hasta lo básico para sentirse humano.

Estos titanes de la vida los llevo colgados del corazón, sé de su dolor, cuando cada mañana bajo el frío desgarrante miran hacia la isla, queriendo poseer alas y volar hacia ella, y fundirse en un abrazo eterno con su gente, con su mujer, esa que sueña en los rincones de la casa verlo volver, o llevarle el beso sagrado a la madre, la que cansada de mirar a través de la ventana espera verlo un día llegar, o el beso infinito al hijo el cual añora la presencia de ese alguien que él sabe que es su padre o su madre, pero con quien es imposible compartir los pequeños momentos de tristeza o alegría en el conflictivo tiempo de su desarrollo.

Trabajan duro, trabajan mucho, se entregan por completo, a la lucha para proveerle lo necesario a los suyos, sin olvidar jamás el ideal, el espíritu de libertad, ni el amor a su descendencia.
Ellos son la parte pura, la gente consagrada de este pías, ellos son la sangre viva de la patria, los que aun estando lejos trabajan para mantener la familia, para asegurarle el pan, la educación y la salud, y el país sigue su curso porque ellos le inyectan la energía económica desde los confines del globo terráqueo, no importa la distancia, pero ese dinero le llega a sus familiares. Ellos son dominicanos como yo y como usted, pero son la esencia que añora las cosas sencillas que nosotros pasamos por alto aquí cada día, los que saben del dolor de la distancia, los que sienten el dolor del exilio involuntario,
los que muchas veces desean abandonarlo todo y regresar a su casa y a su familia, pero el valor de la responsabilidad no los deja, la inseguridad de futuro que les da nuestra patria no los deja.

Ellos son los que por unos días vienen a la República y quisieran recuperar en quince días todos los años perdidos fuera del país.

Ellos son los héroes anónimos, ellos son los verdaderos protagonistas, del desarrollo del país, ellos son la simientes, ellos son la esencia, y ante ellos hago mis mas humildes reverencias.
por Víctor Suarez

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