sábado, 10 de julio de 2010

Por quien luchas? Por Víctor Suárez*

REPÚBLICA DOMINICANA:

Un ser humano pertenece al universo, dentro del universo concierne a una galaxia, en el interior de esa galaxia atañe a un sistema, íntimamente en ese sistema incumbe a un planeta, interiormente en ese planeta pertenece a un continente, dentro de ese continente pertenece a un país, en ese país, es de una región, en su región habita una provincia, dentro de esa provincia pertenece a un municipio, sector y a una calle. En esa vía, vive en una casa, en esa casa, pertenece a una familia, esa familia, escogió una religión a la que te aferras, te inclinas por un deporte y lo defiendes, a una clase social y te
ubicas de forma tal que te crees rico, o un ser privilegiado, admira un tipo de arte, claro siempre será el mejor arte, desde tu punto de vista, te asirás a un partido político y serás capaz de enemistarte con los demás de otras corrientes políticas. A un sistema político, te abrazarás, para hacerte sentir importante y por momento pensaras, que el mundo entero esta equivocado y que solamente tu tiene la razón.

Tu inserción a la sociedad será cada vez mas necesario, tu tienes que ser importante y así te iras olvidando poco a poco de las necesidades de los demás y pensaras en ti, como el único ente importante del planeta y del universo.

A sabiendas que tiene claro todo eso, comenzaras a luchar por tu espacio, apoyaras a este o aquel grupo, y lo defiende con tu vida si es preciso.

Hasta aquí, todo esto, esta bien, todo esto parece salud mental, cuando el individuo reconoce su antes y su después, sabe desde donde viene, quien es, que quiere y que defiende.
Entonces debes tener claro si defiendes a los que han vivido bien por generaciones, si defiendes a los que han vivido en la carencia por descendencias, si luchas para cambiarles la vida a los que necesitan vivir como seres humanos, o eres un amarillista que no te importa nada ni nadie, sino tu y solamente tu.

Entonces te unes a los mas bajos sentimientos de los humanos, a las mas bajas actividades criminales, para vivir bien.

Un ser humano claro de su papel sobre el planeta debe tener esto bien templado, de lo contrario no tiene derecho a hablar, o, a juzgar el pensamiento, ni la lucha de los demás, ahora bien, si cuando usted ataca con su pensamiento, filosofía, o, con su lucha a su contrario, por que usted esta claro en lo que defiende, yo respetare su coherente posición, pero, si su enfoque es de los que hoy dicen y hacen una cosa y mañana otra, entonces no me merece ningún respeto.

Mi posición es tangible, es clara y es humana. Soy de los pobres, de los desposeídos, de los inocentes, de los que les han robado hasta el aliento, a esos defiendo, por ellos vivo, para ellos mi lucha, los defenderé hasta el dolor y hasta la muerte si es preciso, pero, así también luchare hasta el final de mi vida contra los abusadores, los inconscientes, los ladrones, los prevaricadores, los corruptos, los que se enriquecen ilícitamente, causando dolor, carencias a miles de dominicanos, esos son mis enemigos, enemigos a muerte.
Si estas dentro de este grupo sabes bien que eres mi enemigo.
Por. Victor Suarez

Quiero la guerra

Quiero la guerra hoy, ahora mismo quiero la resuelta movilización, una ofensiva inmisericorde, una beligerancia nacional, mundial, universal, donde hasta los impúberes participen, armados de las más potentes armaduras, fieros, repletos de armas demoledoras, dirigida sin piedad contra los males empequeñecedores del hombre de hoy.

Una férrea guerra al hambre y sus denigrantes carencias, contra la maléfica deforestación, y su secuela contaminante.

Quiero una guerra permanente, auspiciada incesante contra la inhumana corrupción y sus salvajes corruptos, contra la creada delincuencia y los delincuentes bárbaros que la sostienen, por la falta de oportunidad, trincheras contra el abuso y los abusadores, contra el analfabetismo y su consecuencia de permanente ignorancia, quiero una guerra sin piedad contra los acumuladores, contra el desabastecimiento por acaparamiento, feroz, quiero la guerra contra la falsedad de estado, yo quiero una guerra generalizada contra la apatía, la desidia y el abandono.

Este mundo se morirá en otra querrá en la que jamás desearé participar, la guerra del caos, de la violencia, de la sangre del hambre y el avasalla miento.

La guerra de los asesinos, los serviles, los cazadores de fortuna, los compradores de conciencias, los traficantes en todas sus vertientes, especuladores y tratantes de seres humanos.

Abriremos un frente de guerra por la vida, por un espacio limpio y seguro donde vivir como seres de una misma especie, como hermanos de una misma familia, de lo contrario la guerra verdadera, nos atrapará, en el asadero de batatas con piogan en el que se ha convertido esta civilización, y en esa guerra yo no quiero estar, ni siquiera en el planeta quisiera vivir.

Quiero una guerra de reconstrucción universal, donde no quepa el racismo, la arrogancia, la miseria mental de este mundo presente, ni la mezquindad de las tinieblas en que vive la mente humana, donde el ser humano, sea realmente humano, sin sus creaciones auto destructiva, donde vivir en armonía sea primacía, donde amar sea prioridad, donde los hombres y mujeres de hoy veamos como una ventaja sagrada la capacidad de servir y que esta cualidad sea preferencia, quiero un planeta poblado de gente, donde la libertad del alma sea la riqueza que queramos alcanzar y no la acumulación de bienes, cosas que nos hacen creer que somos seres con éxito cuando lo poseemos, pero que al fin y al cabo es un éxito mediocre y pasajero, que disminuye el alma. www.victorsuarez.com.do

América latina

Las posibilidades de que América latina salga de la crisis en un tiempo cercano son mínimas, no se vislumbra la estrella de la felicidad, del desarrollo, ni del futuro promisorio del que muchos analistas políticos hablan día a día.
Bajan las exportaciones, bajan las remesas, aumenta a su grado máximo la migración, depredaciones de la fauna y flora, bajo nivel de educación en nuestra gente, así, no es posible salir de la crisis.

Nuestros gobernantes, quieren inculcarnos una seguridad ficticia, algo así como una especie de droga para mantener las poblaciones latinas dormidas, por que ellos saben que se ha perdido la fe, en que estos sistemas, estas formas clientelistas de gobernar, puedan solucionar los problemas prioritarios de America latina.
Los dirigentes estatales se pasan el tiempo cantaleteando una seguridad que no existe, que todo esta bien, que las economías están blindadas, pero, desde mi punto de vista, la economía esta protegida para sus cuentas bancarias, porque estos pueblos se están muriendo de hambre y de necesidad.

Es impredecible el camino por el que marchamos,
no se aclara el horizonte al bienestar del que hablan los periodistas amarillos en los medios de comunicación masivos, que más que informadores se convierten en cacatúas de las informaciones inicuas de los estados y su incapacidad, que se refleja cada vez que vemos niños limpiando cristales en los semáforos de America, cada vez que vemos una madre llorando por no tener que darle de comer a sus hijos.

Los estado se convierte en cuadriláteros de lucha de intereses económicos, donde a ningunos de los que están en ese rectángulo les importa si la gente come o no, si los agiotistas hacen o no lo que le viene en ganas, si suben o bajan los precios, a nadie le importa que está pasando en los suburbios de las ciudades y cuando la delincuencia, explota entonces, quieren poner remedio a un mal que estuvo descuidado por años. Se juzga el efecto pero jamás la causa.
No es posible salir de este brete sin un verdadero remeneón al sistema establecido, no es sincero decir que aquí todo esta bien.

En nuestra región, donde más del treinta por ciento de la población está desempleada, donde hay casi un diecinueve por ciento de analfabetos, donde los hospitales parecen potreros, donde la educación es obsoleta, los que dirigen el estado se funden en una lucha de reforma constitucional. Usted puede estar seguro que esa llamada reformas constitucionales no serán para beneficiar a estos pueblos, no será para incluir artículos, enmiendas que busquen la forma de igualar la vida, no será para estrellar el gran abismo que existe entre los ricos y los pobres, esas son reformas para los que están arriba seguir arriba y los que están abajo que se jodan.
Y no me refiero a partidos alguno, me refiero a la gente los que están fuera, siempre vivirán fuera, el pastel se lo dividen entre ellos, igual que siempre, los pobres tocarán las migajas.

Los estado se arrodillan ante el capital extranjero, ante los ricos del patio, ante el sistema oligárquico, que es, el que de una manera u otra maneja, domina, manipula y conduce los estados y la vida, esta que ya se vuelve imposible.

Las noches de los excluidos se vuelve más oscura, el tiempo de las precariedades se vuelve más largo, la esperanza cambia su color a gris oscuro y los pueblos de América, van tomando conciencia a duros golpes de hambre y de miseria.

Que no se quejen, que no griten luego, cuando las manos del pueblo se vuelvan de acero y con esa rabia contenida por mil años de miseria, se lancen a recuperar todo lo que se le ha negado, todo lo que le han robado.
Que no haya quejas, cuando un guardia, desesperado se lance en los tanques a recuperar la vida del pueblo, que no hayan acusaciones de rebeldías cuando la gente haga de sus manos los fusiles para recuperar la existencia, que no quieran recuperar el poder los que en sus manos lo han tenido y por la decencia de la vida no hicieron nada.
Que no se escuchen luego las voces que hoy son insensibles, defendiendo lo indefendible, America latina quiere superarse America latina quiere vivir decente, America latina quiere que sus hijos no sean vergüenza en ningún país de globo, America latina quiere justicia, trabajo, salud y libertad para todos de forma igualitaria.
Víctor Suárez

El peligro de la crisis

Lo cruel de esta crisis es que el estado no cuenta con las manos simples del pueblo para recuperar lo perdido, se han apartado tanto del diario vivir de la gente, que la vergüenza del desamparo no los deja llegar al parroquiano pobre, el temor al compromiso con la realidad de la gente los hace evasores.

Ahora el presidente quiere bajar a la masa, después del sistemático golpeo de hambre y carencia.
El indudable peligro está, en estar en el poder y no saber hacia donde dirigir las energías positivas para que la gente salga de la miseria, no poderle ofrecer trabajo a la gente, ni pan, ni salud, ni educación.
La verdadera crisis existente en el país, es el trance de la incompetencia para encontrar soluciones a los problemas básicos de la población.
El indiscutible peligro de esta crisis, es ver al presidente dando tumbos, oscilante ante la verdadera verdad de este pueblo.
El real peligro de esta crisis está, en el divisionismo de los de abajo.
El más grande de los peligro está, en la apatía de la masa, desconocedora en su mayoría de lo que está pasando.
Pero, la lenta agonía en la que ha vivido este pueblo está tocando fondo.
El peligro es sentarnos a mirar pasar los días, esperando a ver que habrá de venir.
Callar ante la crisis es exaltar el conformismo.
Terminemos de una vez con la señera crisis perversa, que es la desventura de no luchar, superarla con cambios radicales, haciendo de un capitalismo voraz a un capitalismo humano, o un socialismo del pueblo, no creo en un sistema en especifico, pero si creo en el sistema del bien común, del trabajo de los hombres para los hombres y no, el de todos los hombres para minúsculos grupéjos.
Creo en el bien del mundo para el mundo, creo en la riqueza del planeta para todos los que habitamos en este planeta, creo en la justa distribución de los bienes.

De esta crisis surgirá lo mejor de cada uno de los hombres pensante de mi pueblo y se levantarán a la más alta altura de la gloria, y entonces el viento será caricia para nuestras vidas.Por Víctor Suárez

Érase una vez una isla

Erase una vez una isla enclavada en el mismo centro del Caribe, entre Cuba y Puerto Rico exactamente. El sol rompía a la mitad su vientre de oro y plata, era divino contemplar las noches de luna y en las madrugadas adustas podían contarse una a una las estrellas. Antes de ser país, era hermosa aquella isla, era verde en sus cuatro puntos cardinales, repleta de ríos vírgenes y altas cordilleras azules.

Entonces llegamos nosotros cargados de una espantosa miseria humana, tan infame que asusta al más pequeño de los cerebros espirituales, al más candoroso de los corazones.

Llegamos cargados de antipatía para los demás, saturados de ignorancia ante lo divino, henchidos de desidia, con la mente llena de zancadillas, angurria, acechanza, engaño y mentira.

Con el corazón vacío de amor, pero con un ánimo atiborrado de vanidad, y por alcanzar riquezas y fama, nos hemos convertido en los crueles habitantes para la isla y para nuestros semejantes.

Somos depredadores innatos, por la riquezas hemos secado los ríos, hemos desforestado los valles, montes y colinas. La vida en la isla, mi isla, es cada vez más difícil

Nada de sol en nuestro entendimiento, quien todo lo da día a día sin esperar nada a cambio.

Nadie quiere reconocer la verdad del otro, nadie quiere dar la mano al otro, nadie vive para servir a los demás, por que todos vivimos forjando nuestro futuro particular, como si el mundo se acabará mañana y por lo tanto hay que apresurarse a vivir para uno mismo y nada más.

No puedo reconocer el talento de otro, ni puedo dar la oportunidad de ser a otra persona, por que eso me quita oportunidad de ser a mí. ! Que mezquino pensamiento! Yo tengo que tener lo mío, lo demás no me importa. Que sentimiento más enflaquecido, inhumano y poco espiritual.

Aquel que logra obtener un puesto, no importa donde, desde presidente a barrendero se aferra de forma tal a aquello que comienza a apocar a todos, él y sólo él tiene la capacidad para hacer eso para llevar ese cargo, cuanto hemos sufrido por eso.

La sicología humana ve esto como triunfadores, aquellos que llegan a la posición y se mantienen en ella no importa cuantos tengan que perecer, no importa por encima de cuantos cadáveres haya que psar, el fin justifica los medios.

A la sazón la isla se ha llenado de celadas, ardides, artimañas y la inconsciencia se apodera de los sentidos en las calles de las ciudades grises, en los camino de los campos impávidos, en los palacios portentosos y en los dirigentes roídos por la sed de opulencia.

Yo prefiero vivir en la cima de la montaña, comer un pedazo de yuca hervido y cuando tenga sed bajar al río y beber toda el agua que quiera, agua pura y fresca del manantial.

Ya no quiero vivir más en el bosque salvaje de la ciudad, ya no quiero vivir esta guerra constante, esta guerra sin final, esta guerra sin reglas por alcanzar el futuro destruyendo a otros.

Prefiero escuchar el canto monótono del barrancoli cada vez que se acerque a mi tejado en mi casita de yagua y tablas de palmeras, a tener que escuchar las notas discordantes de bachatas fusiladas, impuestas por el sistema corrompido en pos del dinero.

Ni un día más a la indiferencia, a la maligna acechanza de los corazones de hienas en cuerpos humanos, ni un día más en mi derredor la presencia de seres con pensamiento y actuaciones impúdicas, es preferible ser un ermitaño y vivir junto los más salvajes de los animales a vivir con los que erróneamente llevan el calificativo de humanos.

Depredadores

Existe una extensa variedad de depredadores en el desenvolvimiento
de la vida, aparentemente normal de los hombres
Desde la más inferior forma de la existencia, hasta aquellos que en ocasiones se reputan superiores a los demás, por su posición económica, ó de abolengo social y familiar,
estos se pueden encontrar en los diferentes sectores de la vida pública y privada, en las diferentes actividades del conjunto humano, personas que viven malogrando inmisericorde la vida de otros.
Depredador quiere decir seres vivos que causan un perjuicio a otros individuos semejantes, viven de los demás, engendrando un deterioro tan colosal a sus victima, que puede llevarlo hasta la muerte.
Hay que tener en cuenta, además, que al depredador no le causa atrición sus actos cargados de violencia, de muerte y desgracia, pues él cree que sus fechorías son normales, no siente que tenga que arrepentirse por sus hechos malvados, por su conducta mal sana.
El dolor, el sufrimiento que les pueda causar a los demás no le afecta.
Estos devastadores inconcientes, pueden ser políticos indecorosos, insensibles, malvados asesinos del ambiente en todas sus manifestaciones, destructores de la naturaleza, randas del saquillo de la gente común y corriente, así como saqueadores del alimento y la salud de los demás, menguando a su favor los presupuestos de las instituciones que dirigen, depredadores de la vida.
Están también los perniciosos sexuales, los que a través de la violencia, ó, el engaño consiguen estropear sexualmente a presas inocentes.
Esta clase de persona, vive en la sociedad como seres lúcidos, son maestros de la farsa, pues su cerebro ya no alcanza la brillante grandeza de la verdad, sus mentiras son tan bien elaboradas, que muchos de ellos hasta son glorificados por sus allegados, secuaces inconcientes del mal profundo y enorme que le causan a la sociedad, pero, en verdad, son personas que adolecen de salud mental, individuos con profundos traumas, monomanías, las cuales son ignorado por ellos mismos, antisociales, sociopátas que no llevan en su haber el más mínimo respeto por la vida, por la raza humana, ni por su habita. Sino que por saciar su sed de bienestar personal, su ofuscación por la grandeza, dado su desequilibrio mental utilizan los métodos sicopáticos como medios para alcanzar sus objetivos.
Si a muchos de los que nos dirigen hoy en el sector público, rechazo del sector privado por su incapacidad gerencial y profesional.
Se les hiciera un examen verdaderamente siquiátrica y psicométrico, no pasaran de ser tarados mentales, sicópatas manilargos y terminarían encerrados en los hospitales siquiátricas del país o en las cárceles lóbregas de la nación, yo propongo el examen.
www.victorsuarez.com.do
victor suarez autor

Santo domingo, un pastel

Santo domingo sin dudas es y ha sido un pastel del que un grupo de ignominiosos dominicano ha disfrutado, vilipendiado y usurpado por largos años. Se lo reparten de tiempo en tiempo entre ellos mismos, como una herencia del que sólo algunos tienen derecho.

Imponen el orden con balas contra los muchachos jóvenes, los que no tienen oportunidad de subsistencia y le quitan la vida cuando se lanzan a buscar el pan.

El país sigue en su absoluta miseria, por que los que hoy como ayer se dividen el pastel, sólo saben defender su excelente bocado.

No hay solidaridad con la pobre gente, en los barrios viven igual que siempre, sin los básicos servicios, sin oportunidad, y sin calidad de vida.

Familias de alta alcurnia que viven asqueroseando a la humilde gente, ente que se cree todo poderoso y que son bendecidos por Dios para vivir su digna existencia en un paraíso terrenal a costa de los pobres

A esta caterva, apandillada, solamente les importa su lujosa y pomposa vida, lo demás puede esperar, hasta que nazca un hombre con conciencia y les arranque de la mesa el hojaldre, tal vez quitándole la vida a unos cuantos.

Y digo que habrá de esperar a que nazca un hombre con conciencia social y grandes genitales, por que ahora no hay hombres y yo me incluyo como uno de los más cobardes.

De los que nos hemos envueltos en la rancia bandera de la democracia, la que nos hace incapaces de arrebatar el derecho que nos corresponde y entonces esperamos que los demócratas neoliberales y cleptómanos, lumpenes y vividores, resuelvan nuestros problemas cuando a ellos les sobre dinero y tiempo, eso quiere decir nunca.

Hay que cambiar este tiempo de hambre y privaciones por un tiempo de luz permanente,

Por un tiempo de horizonte, y alegría sin final y vivir como las felices gente de conciencia, la que vive calando siempre la infinita escalinata de la luminiscencia, los que viven en una hermosa vida contemplativa, llena de amor, de ternura y cognición, sin dañar a los demás, sin ser sujetos de carencia en la vida de los otros.

Esto podría parecer un manifiesto, pero en definitiva quien está viviendo bien con todos sus problemas resueltos, no piensan nunca que hay personas que pasan días sin encender su fogón, y estos son la mayoría, los que sufren, los que lloran, los que claman por el pan del día a día, por ellos es que necesitamos hacer un cambio de conciencia social.

No se trata de darle tanto a los pobres como de hacernos pobres con ellos, decía el maestro, pero, si podemos ayudarlos a hacer llevadera sus infelices vidas, revertir el resentimiento de ver a un grupito viviendo en el derroche, mientras la gente humilde vive de los zafacones, y la basura de los que se creen los dioses de la república.

Santo domingo no tiene reyes ni dioses, y eso no tendría cabida hoy en este país, aquí todos somos iguales, eso creo, humanos, la intelectualidad no nos hace diferentes, las armas no nos hacen diferentes, y eso lo saben todos aquellos que quieren ser y sentirse disímiles, lo que marca la diferencia, es el dinero, el que tiene dinero no importa como lo haya obtenido se vuelve altisonante, orgulloso, indiscutiblemente insensible ante la penuria y el infortunio económico de los demás.

Autor: Víctor Suárez