Quiero la guerra hoy, ahora mismo quiero la resuelta movilización, una ofensiva inmisericorde, una beligerancia nacional, mundial, universal, donde hasta los impúberes participen, armados de las más potentes armaduras, fieros, repletos de armas demoledoras, dirigida sin piedad contra los males empequeñecedores del hombre de hoy.
Una férrea guerra al hambre y sus denigrantes carencias, contra la maléfica deforestación, y su secuela contaminante.
Quiero una guerra permanente, auspiciada incesante contra la inhumana corrupción y sus salvajes corruptos, contra la creada delincuencia y los delincuentes bárbaros que la sostienen, por la falta de oportunidad, trincheras contra el abuso y los abusadores, contra el analfabetismo y su consecuencia de permanente ignorancia, quiero una guerra sin piedad contra los acumuladores, contra el desabastecimiento por acaparamiento, feroz, quiero la guerra contra la falsedad de estado, yo quiero una guerra generalizada contra la apatía, la desidia y el abandono.
Este mundo se morirá en otra querrá en la que jamás desearé participar, la guerra del caos, de la violencia, de la sangre del hambre y el avasalla miento.
La guerra de los asesinos, los serviles, los cazadores de fortuna, los compradores de conciencias, los traficantes en todas sus vertientes, especuladores y tratantes de seres humanos.
Abriremos un frente de guerra por la vida, por un espacio limpio y seguro donde vivir como seres de una misma especie, como hermanos de una misma familia, de lo contrario la guerra verdadera, nos atrapará, en el asadero de batatas con piogan en el que se ha convertido esta civilización, y en esa guerra yo no quiero estar, ni siquiera en el planeta quisiera vivir.
Quiero una guerra de reconstrucción universal, donde no quepa el racismo, la arrogancia, la miseria mental de este mundo presente, ni la mezquindad de las tinieblas en que vive la mente humana, donde el ser humano, sea realmente humano, sin sus creaciones auto destructiva, donde vivir en armonía sea primacía, donde amar sea prioridad, donde los hombres y mujeres de hoy veamos como una ventaja sagrada la capacidad de servir y que esta cualidad sea preferencia, quiero un planeta poblado de gente, donde la libertad del alma sea la riqueza que queramos alcanzar y no la acumulación de bienes, cosas que nos hacen creer que somos seres con éxito cuando lo poseemos, pero que al fin y al cabo es un éxito mediocre y pasajero, que disminuye el alma. www.victorsuarez.com.do
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