martes, 29 de junio de 2010

Respeto para el pueblo


Catastróficamente el pueblo dominicano se sigue hundiendo en la más grosera de las desigualdades sociales.

De las que ocurren en toda América latina, creo que la nuestra es la más desvergonzada.

Se pudo evidenciar en estos días de navidad y reyes, cuando los que con el sudor de su frente, entre comillas, han hecho fortuna y dándosela de caritativos, en esto días, daban inescrupulosas limosnas a los desposeídos, me dolía ver a los niños despojados de su dignidad tras un juguete en ciertos programas de televisión, las madres estafadas de su orgullo tras una cajita de alimento, con unas cuantas cositas que no alcanzan para dos en una familia.

Un viejo proverbio chino confuciano, reza, (no le des el pez, enséñale a pescar) Pero no, aquí a los crueles no les importa que la gente aprenda a ganarse por si mismo la vida, no les importa que tenga un empleo digno, que ellos mismos puedan comprar sus juguetes para sus hijos, no les interesa que puedan comprar sus propios alimentos, por que esta es una forma de mantener la subyugación y el engaño, para mantener la superioridad sobre el cerebro de los incautos, para colectar el voto cada cuatro años, voto enlodado de miseria, e ignorancia.

Entonces ellos se ven antes los ineptos como si fuesen salvadores. Pues no, distinguido señores, esta es la forma más cruel de mantener una población en el oscurantismo, esta es la forma especial de desayudar a que un pueblo se libere.

Viviendo de las dadivas, jamás será un pueblo libre,

este pueblo quiere educación, este pueblo quiere trabajo para suplirse por si mismo sus necesidades, quien le ha dicho a estos sujetos que el pueblo quiere que le den nada, porque no se hacen empresas para poner a la gente a ganar un salario digno, para vivir como seres humanos, y no reducirlos al castigo de tener que acudir a donde hay un embaucador dando cositas con el dinero mismo del pueblo.

Ya vasta de tantas burlas, ya vasta de tanta mentira, vasta de hacer creer que el pueblo es feliz un día con una libra de arroz y un salami, esa no es la vida que este pueblo se merece, queremos trabajo, para levantar la frente, porque somos capaces de ganarnos nuestro propio sustento, con nuestro propio esfuerzo. Quítennos la miseria dándonos capacitación humana, queremos educación moderna, tecnológica, queremos hospitales acorde con el conjunto de técnicas del presente, queremos dignidad.

Si por el oscurantismo en que ha vivido este pueblo, por la falta de oportunidad para aprender, mi gente no sabe reclamar su derecho, yo lo hago y lo haré siempre en su nombre.
Por Víctor Suárez

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