martes, 6 de julio de 2010
Quiero un Pueblo Feliz
Solamente quiero un pueblo felíz;
no una parte en la perpetua dicha
y la otra en la constante desventura,
un pueblo viviendo en paz, laborioso y optimista,
donde su más brillante horizonte sea su propia tierra
y la sonrisa inmutable en los labios
y no el oscuro pensamiento del
exilio voluntario para alcanzar a un costo alto, muy alto
el ansiado futuro.
Quiero un pueblo humanizado, donde los pueblerinos
vivan en fraternidad, en convivencia
y en solidaria comunidad.
Me gustaría vivir en un pueblo organizado por el estado,
donde hayan funcionarios para servirle al
conjunto de los ciudadanos,
capaces de trabajar para remediar los problemas comunes,
sin hacerse de la vista gorda ante los escenarios donde
se deba tributar el servicio,
un país donde la complicidad en el desorden institucional no exista,
me gustaría un país, donde las asociaciones de malhechores
no forme parte de los estamentos del gobierno,
ni en las instituciones castrenses. Desde donde no pasa un día
sin que caiga un miembro de esas instituciones en
problemas de vandalismo y corrupción.
Un país donde el presidente comprenda su realidad
y esté dispuesto a proveerle lo básico a los desventurados,
quiero ser de un país donde me sienta orgulloso de
decir que soy de allí, no solamente por sus héroes del pasado,
ni por el hecho de haber nacido en el,
ni por el bien que le ofrendaron a la patria los justos de ayer,
si no por lo que podamos hacer hoy por nosotros mismos.
Quiero una nación donde el techo,
el pan, la tierra, la salud, la educación, el trabajo,
estén garantizados por un estado responsable, competente, equitativo,
yo quiero un pueblo feliz, pero,
además quiero que mi pueblo esté al cabo de las calles
para defender sus derechos, que aprenda a reclamar
ante la dejadez de los gobernantes,
un pueblo que pida cuentas a los que se hacen millonarios
con el oro de todos, que aplique justicia severa,
pena de muerte si es preciso para los que usan
el erario publico para su disfrute personal.
Un pueblo que no permita que los responsables de los males,
los cuales todo mundo conoce, caminen y se paseen
por las calles de la ciudad en lujosos autos,
comiendo en finos restaurantes, ante la mirada complacientes
de nosotros mismos.
Yo quiero un pueblo feliz, alegre educado y saludable
Y quiero un pueblo indomable, bravo e indómito.
WWW.VICTORSUAREZ.COM.DO
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