lunes, 28 de junio de 2010

La capacidad de servir



La capacidad de servicio en un ser humano es un don divino que lo
catapulta al crecimiento místico, las personas que poseen ese divino
don, son diferente a la muchedumbre, son despreocupados con ellos
mismos, pero muy interesados en el bienestar de los demás.
Son seres de almas grandes, que no conocen de las mezquindades de la
acumulación, de la vida jactanciosa, ni de riquezas como lujo
enajenante, ellos quieren ver a todos bien, viviendo una vida digna.
El que da servicios desinteresado, es feliz con el enaltecedor hecho
de hacer feliz a otro, no se ata a las cosas materiales pensando que
en algún momento le puede faltar, no necesita nada, el suministro
divino le provee de cuanto necesita, siempre tiene la mano llena, por
que sabe que siempre hay alguien que necesita.
No es cualquiera quien se entrega al bien común, la mayoría, primero
piensan en si mismos, y luego de su seguridad dan de lo que le sobra,
eso no es servir. Esos son seres sin fe en el poder infinito del
altísimo, sin conocimiento de nada, y creen que la vida es solo aquí
en la tierra, y el atraso espiritual es tanto, que hay personas que
creen que la vida de un ser humano en la tierra dura milenios,
ignorando que la muerte puede tocar su puerta en el próximo segundo.
Pero el egoísmo, la maldad, el oscurantismo ilusorio, hacen que cada
día más los seres humanos se alejen del amor y la acción de servir, el
cual es el acto más directo que tenemos los humanos para crecer como
almas celestiales y acercarnos a DIOS.

Cuando un ser está a ese nivel de evolución, de no importarle su
bienestar personal, si no, el bienestar del conglomerado en el
planeta, o en la comunidad donde habita, este ser humano a entrado en
la categoría de ángel, el cual se ha salido de la situaciones
materiales, de las diarias querellas, del magias del poder
insustancial que da la posesión. A estas personas la propaganda
consumista no le tocan, el deseo por obtener grandes cosas materiales
ya no lo posee, y sus almas se vuelcan hacia el servicio a los
desposeídos, están claro que hay cosas más grandes, más hermosas, más
sublimes, más espirituales, que llevan al individuo a vivir el éxtasis
de lo excelso.

Víctor Suárez

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