jueves, 1 de julio de 2010

PELEGRIN CASTILLO

La moral, la entereza y la rectitud de un hombre para conducirse a lo largo del difuso camino que es la vida, no se aprende de la nada, no se adquiere del tecnicismo del diario vivir, ni se improvisa; Se le enseña desde los primeros días de su nacimiento, de hecho, por unos padres que saben lo que son y lo que quieren de un hijo,
Para que cuando ese ser esté en capacidad de tomar la rienda de su propia vida sepa hacerlo dentro de los esquemas enseñado. La escuela de moralidad, de honradez, integridad, conciencia, bondad, y apego a la patria desde donde egresa Pelegrin, es una escuela por todos conocida, fuerte y portentosa;
por eso no es fácil encontrar un hombre como él en los corrales de la política,
con tan marcado espacio de decoro, de humildad, y de pulcritud.
Un individuo de esta estirpe hay que defenderlo a morir no importa en que camino político se encuentre transitando, porque este es un hombre de la patria, un defensor cristalino de los Dominicanos, claro como la luz, ejemplo para este pueblo que tanto carece de hombres que se entreguen al trabajo colectivo sin buscar el beneficio personal, ni la prebenda, o el reconocimiento de los indecorosos.
Por eso el discurso de Pelegrin es creíble, no importa a cual vía se dirija, porque aun siendo un político organizado, no anda buscando posición, ni posesión política con lo que hace o con lo que dice, él defiende su posición como dominicano de pura cuna, donde para él lo único que importa es el país, es la patria.
No es un improvisado en los asuntos Haitiano ni en ninguno de los temas a los que él se refiere. El diputado de la fuerza nacional progresista, es el vicepresidente para el caribe de la unión de partidos latinos americanos (UPLA)
miembro de la comisión de frontera, Defensa y Seguridad Nacional y relaciones exteriores. Y este hombre al que los organismos internacionales tienen en sus listas como un atropellante de Haitianos, es miembro fundador del comité Dominicano de solidaridad internacional con Haití.
Un hombre que lucha y trabaja cada día con un solo objetivo, su pueblo, por eso se ha ido convirtiendo en un indispensable entre los dominicanos que tenemos ese pensamiento nacionalista y que por fin los tenemos un líder a quien seguir a ojos cerrados, sabiendo que es un hombre que no engaña, que no miente, y que no vende sus ideales, ni el compromiso con el pueblo.
Defender a Pelegrin debe ser un asunto de estado y el pueblo Dominicano debe enarbolarlo como su hijo mas valeroso, levantarlo a la categoría del héroe nacional de este momento, momento este que no sabemos donde terminará, porque esto no es un juego, ni un cuento de niño, aquí se están juzgando asuntos de importancia capital, porque donde se habla de rasismo, xenofobia y todas esas cosas que tienen que ver con asuntos étnicos, siempre ha habido conflicto que terminan en desgracias.
Hay que recordar que los Dominicanos somos Republica porque nos independizamos de un régimen sanguinario, oprobioso y mortal que era Haití, no fue contra Rusia, ni contra Estados Unidos contra quienes luchamos para crear un país, fue contra Haití.
Igual piensan los Haitianos, que en un momento de su historia fueron derrotados por un grupo de hombres de este lado de la isla que creían que lo mejor era la independencia por no estar de acuerdo con el régimen haitiano, claro que aquel yugo era un asunto militar, que no es lo que ocurre hoy, pero cuando un nacional haitiano o del país que fuere atenta contra el país en el cual habita se convierte en un apátrida y puede ser expulsado del país en el que se encuentre, un ciudadano jamás debe ni puede conspirar contra la patria a la cual pertenece o reside sin que sea considerado apátrida es decir se auto destierra. Comparando la situación de hoy con la de ayer, para mi un intrascendente haitiano me es igual que un batallón armado y esto puede parecer exagerado pero hay que estar claro y tomar de ejemplo lo que ha pasado en muchas naciones donde tienen este problema de fronteras, que muchas veces termina en xenofobia, matanza y catástrofe sociales. Yo repito no tengo nada contra ningún inmigrante no importa el país de donde viene, yo he sido emigrante, y nunca usaré mis palabras, ni los organismos internacionales para decir o querer que hagan allí las cosas como yo creo que debe ser, porque estoy claro que soy un inmigrante, por tal razón en ese país no usaré mi voz para hacerme sentir porque es de saber que quien esta allí es por su propia voluntad y creo que nadie debe ir a casa de nadie a exigir derechos, yo lo hago aquí, esta es mi casa, este es mi país, esta es mi tierra, de ahí a querer usar el territorio nacional para lanzar oprobio contra el país es inaceptable, no importa que sea dominicano. No importa quien sea. Puede ser mi padre y me tendrá de frente.
Yo nací y crecí en la frontera, específicamente en Loma de Cabrera, y no recuerdo nunca haber visto un haitiano yo no los conocí en mi crecimiento, sin embargo hoy día cuando suelo ir a mi pueblo querido, me tropiezo con una realidad diferente, me los encuentro en todas partes, en Loma de Cabrea hay hoy día un mercado para Haitianos, es decir que ya no es lo mismo que ayer cuando cada cual estaba en su lugar, los viernes cruzaban unos que otros según me cuenta mi abuela al mercado de Dajabón a comprar algunas cosas, hoy ellos tienen su propio mercado también en Dajabón। Por eso ese desbordamiento de los Haitianos hacia la Republica Dominica hay que ponerle un final y este concluyente se conseguirá con un plan de políticas serias y urgentes del estado Dominicano en materia de migración y asuntos laborales para inmigrantes, la ayuda internacional, creando fuentes de empleos en aquel país, el cual a perdido su institucionalidad y su economía fluye cada vez más vertiginoso hacia el abismo, por tal razón ésta gente a falta de pan sale a buscársela a como de lugar y nosotros somos y seremos los afectados directos porque somos sus únicos vecinos. de tal modo demando de esas organizaciones internacionales y los países que las azuzan, a buscar soluciones económicas para Haití, pero allá en su territorio, no utilizando a la Republica Dominicana como el campo congregacional para los que quieran venir he instalarse aquí a construir nueva vida sin siquiera un documento que diga que existen.


VICTOR SUAREZ

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