El cielo no ha parado de llorar
desde la noticia de tu partida,
la risa se detuvo de golpe
y una vez mas el asombro
ante la muerte inesperada,
el ahogo que provoca la impotencia
de no saber decir adiós,
otra vez la negrura de la congoja
se apoderasin aviso del corazón
y la noche nos atrapa en laberintos extraños
de inconsolable tristeza,
el dolor toca a la puerta una y otra vez
y cada vez parece nuevo y mas agudo
y cada vez entendemos menos
el porque siempre la herida llega
a las personas buenas,
a los que ríen,
a los de mano francaa,
los que llevan corazón de miel y ternura.
framento
VICTOR SUAREZ
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