Primero la luz deslumbrante
Seguido de un grito estrepitoso de sorpresa
Después el beso suave de la madre
Y la alegría infinita.
Las primeras sonrisas
al lactarse de un pecho sagrado,
abundante de miel y gloria,
los primeros pasos por la sala de la casa,
las primeras caídas al tropezar con el juguete,
entonces el kindergarDen,
el mundo maravilloso de los días de intermedia,
donde todo es perfecto, donde nunca se muere,
donde la vida es natural y poderosa.
donde la oscuridad no existe.
De súbito, la secundaria,
escalando con brío la montaña empinada de la vida,
la competencia, escribir poemas
a los ojos bellos de las muchachas tiernas,
los besos celestiales, las dulces caricias.
La muerte no existe, la vida es bella.
Entonces, la universidad,
la lucha constante, el ideal,
el excitante momento de la graduación,
la responsabilidad del trabajo,
la defensa del profesionalismo,
la muerte no existe, la vida se esparce,
se extiende, se eterniza en el entorno.
Entonces, cuando crees que todo esta bien,
que de todo tienes el control,
de repente algo desgarrante
como un relámpago, como un latigazo inesperado
como si se desprendiera una estrella
y lo borrara todo y te lleva con ella
y te desaparece de la faz del planeta,
sin siquiera despedirte,
sin un beso, sin un adiós,
la muerte no existe,
la vida tampoco.
Victor Suarez
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